Composición panorámica de 7 fotos. Sierra de Tramuntana y la marina de Escorca, hoy al amanecer. Clicar para ampliar.
Una persona observadora y amante de la naturaleza no tardará en darse cuenta de que cada paisaje tiene su momento, su luz, su ángulo. Las complejas variables que definen el aspecto visual de un paisaje —el ángulo incidente del sol, los fenómenos atmosféricos, el estado del mar— están en permanente cambio, repitiendo una serie de patrones cada año.
Las discretas dimensiones de Mallorca, la dificultad que supone evitar áreas alteradas por el hombre y la pretensión de crear imágenes relativamente originales, por lo general, suponen un desafío y hacen que planifique escrupulosamente muchas de mis fotografías con el fin de prever posibles oportunidades. Como la sesión de hoy.
¿Por qué este lugar y ahora?
Dada la orientación SW-NE de la sierra de Tramuntana y su abrupta orografía, la costa norte de la isla se ve privada de la luz directa del amanecer durante diez meses al año. Recordemos que la luz de los extremos del día suele ser la más sugerente para plasmar un paisaje. Ahora mismo —solsticio de verano— se produce la excepción: durante junio y julio, la posición del sol llega a bañar tímidamente con sus primeros rayos gran parte de dicho litoral, otorgando al paisaje un aspecto fuera de lo corriente.
Un ejemplo representativo de localización en la costa norte: sa Calobra. Desde allí, se ve el sol asomar por el horizonte únicamente desde finales de mayo hasta finales de julio.
Pero la luz no lo es todo. Su inseparable compañero de viaje, la meteorología, siempre tiene la última palabra. Esta semana estamos siendo bendecidos con un tiempo espléndido. Y no precisamente por el calor que ya invita a ir a la playa, sino por otras cualidades más «fotográficas»: la baja humedad y los vientos favorables. La sequedad es sinónimo de buena visibilidad y de colores saturados. Por otro lado, el viento del sur reinante ahora mismo favorece la formación de extensas calmas en la superficie del mar del norte, por estar al abrigo de las montañas. En conjunto, una situación efímera que es necesario aprovechar al vuelo y nunca mejor dicho. En las próximas semanas, la canícula, asociada a la calima brumosa, reducirá considerablemente la visibilidad.
El resultado de la ecuación no es demasiado difícil. Haciendo una composición de lugar, imagino la sierra de Tramuntana teñida por la suave luz rasante del amanecer y reflejada sobre las calmas marinas, contrastando con las sombras de los acantilados de la monumental marina de Escorca. Por cierto, la región más salvaje de Baleares y la gran desconocida.
El último componente de este engranaje es humano. Pablo Ruíz, mi piloto habitual, hace gala de su profesionalidad al dirigir la aeronave según mis indicaciones, permitiéndome situarme en la mejor posición y, finalmente, haciendo posible este deseo.
Interesante, conciso y revelador articulo sobre la sierra de Tramuntana, uno de los paraisos en la Tierra que tenemos en nuestro país.
Un trabajo realmente extraordinario Marcos. Felicidades.
Hola Blas, me alegro te haya gustado mi propuesta. Intento llevar adelante muchas más, no todas llegan a ver la luz. Un saludo desde Palma.
La verdad, xd, xd, yo vivo aquí y cada dia plou:(